martes, 27 de enero de 2009

Leopoldo Abadía: Economía para dummies

Ayer fui a una conferencia que dio en Huesca el nuevo "gurú" de la economía: Leopoldo Abadía. Pero a diferencia del "gurú" convencional, al que casi nadie entiende, y nos mira por encima del hombro, Abadía usa un lenguaje simple y hace gala de una extraordinaria cercanía al público.
Lleno hasta la bandera en la sala de conferencias. Un hombre con una carrera impresionante ha alcanzado la fama gracias a sus apariciones en televisión. Se me ocurre la analogía con el genial Chiquito de la Calzada, del que por cierto, ahora que ha desaparecido de la pantalla, casi nadie tiene en cuenta.
Con un lenguaje llano, evitando tecnicismos, y con un brillante sentido del humor, hizo un análisis certero del origen de la actual crisis económica y financiera. Ciertamente la explicación pasó la prueba del algodón, ya que, alguien como yo, que lo primero que hace cuando coge un periódico dominical es descartar las páginas salmón, lo entendió perfectamente.
Fue muy crítico con los "sabelotodo" económicos, de los que dice que, o no saben explicar lo que saben, o no lo entienden. En cambio, Abadía se cura en salud diciendo que sabe muy poco. Quizá sea falsa modestia, pero lo cierto es que lo que sabe, lo transmite muy bien.
Hizo un alegato a favor de la ética en los negocios y la cultura del esfuerzo. Incluso llegó a defender darle un par de tortas al estudiante que no aprueba ni una, ante un auditorio que seguramente se habría escandalizado si esa "solución" se hubiera dado desde otro estamento.
Definitivamente, Leopoldo Abadía ha descubierto un camino poco transitado para llegar al éxito. La sencillez, la humildad, el criterio propio y la falta de corrección política.¡Enhorabuena! Abierta la veda, es de esperar una avalancha de imitadores. Pero quien da primero da dos veces...

sábado, 24 de enero de 2009

Peña 10 d'Agosto 58-La Gárgola 63

Partido clásico donde los haya en la liga ADOB. Se trata de un viejo conocido, con un nivel parecido al nuestro. Esta vez fueron ellos los que se llevaron el gato al agua.
Estábamos bastante mermados de efectivos.Sólo contábamos con 5 jugadores.Empezamos el partido aletargados, como si quisiéramos reservar fuerzas. Esta apatía se tradujo en meter sólo 8 puntos en el primer cuarto y ponernos a remolque. Los triples no entraban, y a los "pívots de emergencia" se nos hacía de noche ante las torres rivales.
En el segundo cuanto no mejoramos mucho, contabilizando unos pírricos 20 puntos. El rival tampoco provocó un torrente ofensivo, pero con sus 33 puntos nos sacaban una distancia importante.
Las broncas que nos echamos en el descanso (no tenemos entrenador) hicieron que saliéramos con más ímpetu en la segunda parte. Moviendo más el balón y con una defensa más aguerrida nos metimos de nuevo en el partido. Empezamos el último cuarto perdiendo de 6, aunque con una dinámica muy positiva. Nos llegamos a poner a 3, pero en el tramo final, acusamos el cansancio de jugar con 5, no pudiendo ya hacer frente a los pívots rivales.
A pesar de la derrota, se puede decir que no hicimos un mal partido, teniendo en cuenta lo mermado de nuestro potencial. El próximo sábado, la revancha.
Mi actuación fue correcta, con 11 puntos, 10 rebotes y 4 asistencias.

martes, 20 de enero de 2009

Bienvenue chez les Ch'tis

El otro día estaba en casa de un colega, y mientras nos zampábamos una pizza, pusimos la tele a ver qué echaban. Si normalemente la programación televisiva deja mucho que desear, en el sábado noche es una incitación directa a salir de casa. Dejamos puesto lo que nos pareció menos indecente. Se trataba de una película española bastante reciente. A los cinco minutos nos miramos mi amigo y yo como diciendo..¡vaya bodrio! No sé si la película sería buena o mala, o si las interpretaciones reflejaban bien los dilemas vitales del director. Pero lo que estaba claro es que no enganchaba. Y ese es para mí, uno de los problemas del cine español actual. Las películas de Landa o Paco Martínez Soria eran malas de solemnidad...¡pero vaya si enganchaban!
Y eso es lo que me ha pasado viendo la película francesa Bienvenue chez les Ch'tis (Bienvenidos al Norte). Me ha enganchado totalmente.
Normalmente se asocia al cine francés con peliculas lentas y melodramáticas. Un poco como la española del sábado. Pero en Francia se hace muy buen cine cómico. Y este film es un claro ejemplo. Con humor sencillo, y sin caer en la vulgaridad, las sonrisas, cuando no las carcajadas están aseguradas. Y no sólo me ha enganchado a mí. Ha batido el record de espectadores en Francia y está siendo un éxito en el resto de Europa.
Se trata de un funcionario que vive en el sur de Francia, pero debe trasladarse al norte. El hombre está asustado, ya que en la región de Pas de Calais, se ve que la gente tiene fama de paleta y bruta, además de tener un clima desapacible.
Para mí lo mejor de la película es que consigue retratar muy bien la mentalidad y las costumbres de esa zona, no tan negativas como indica su fama. No sé si realmente serán así, yo sólo digo que me gusta la forma de describirlo. Mención especial al acento regional, que provoca alguna que otra confusión al protagonista. Difícil tarea para los dobladores el reflejar estos equívocos. Como siempre, y más en este caso, recomiendo el visionado en versión original.
Una película que, en su sencillez, logra tocar las teclas necesarias para que la gente se encariñe con ella. No es cuestión de dinero. Espero que algún cineasta español, aparte de meterse en política, se dedique a hacer una película con encanto. En ese caso estaría dispuesto incluso a verla en el cine, tras muchos años sin ir a ver un film nacional . Aunque eso signifique, como dice un primo mío, pagar dos veces por ver lo mismo.

sábado, 17 de enero de 2009

Cofinser 67- Peña 10 d'Agosto 80

Volvemos a la senda de la victoria. Tras vencer el anterior partido pese a (o gracias a) mi ausencia, hemos confirmado nuestra recuperación venciendo al equipo de Marín. Alguno planteó hacerle una mixta, pero normalmente cuando hacemos experimentos salimos trasquilados. Nos refugiamos en nuestra clásica zona 2-3 que no dio mal resultado, ya que dejamos al rival en 25 puntos al acabar la primera parte. Claro que nosotros tampoco estábamos para tirar cohetes. Nuestro casillero reflejaba unos pobres 27 tantos. Pero la dinámica era buena.
El tercer cuarto se inició con Toño Marín en el banquillo.Dijimos "esta es la nuestra", metimos la directa y entre triples y contraataques nos fuimos de 11 puntos. Evidentemente volvió Marín a pista. Bastante más metido que en el primer tiempo, empezó a hacernos daño bajo el aro. A pesar de ello mantuvimos la cabeza fría, y aguantamos bastante bien las embestidas del equipo rival. Unos cuantos triples marca de la casa nos dieron la suficiente ventaja para que la presión desesperada del Confiser fuera infructuosa. Buen partido por nuestra parte. Ahora nos toca un clásico:La Gárgola. A ver si seguimos en esta línea.
Mi actuación fue muy buena.Probablemente el mejor partido de la temporada: 20 puntos, 10 rebotes, 2 tapones ,1 asistencia y 1 balón recuperado.

martes, 13 de enero de 2009

Viaje a Dublín


Todos tenemos "vendas en los ojos", países o lugares de los que parece que sólo vemos su lado bueno, y siempre intentamos volver a ellos. A mí me pasa con Irlanda. Y cuando salió la ocasión de volar a Dublín por 20 € ida y vuelta no me lo tuve que pensar mucho.Tampoco lo hizo mi compañero de viaje, el mismo con el que fui a Berlín, que ya conocía los encantos de la verde Erín, pues estuvo viviendo un año en la capital.
A la espera de que el aeropuerto "Huesca-Pirineos" prospere, tuvimos que salir de Barajas. Afortunadamente los pilotos de Ryanair son más serios que los de Iberia y no tuvimos problemas con la huelga.
Nada más llegar a Dublín tuvimos la ocasión de comprobar de primera mano la proverbial amabilidad irlandesa. No encontrábamos el hotel y le preguntamos a un ciclista. No lo tenía muy claro, pero nos dijo que esperáramos, que iba a echar un vistazo. Volvió a los cinco minutos sin haberlo encontrado. Le dimos más datos y acabó cayendo. Pero no se limitó a indicarnos, sino que vino andando un rato con nosotros dándonos palique hasta que tuvimos el hotel a la vista. Y todo a las 12 de la noche y a 2ºC. Y el hotel fue todo un acierto. Se trataba de un tres estrellas muy moderno, totalmente céntrico y tirado de precio. El detalle que más me llamó la atención es que al tirar de la cadena no hacía ruido después para cargar agua.Gran avance que espero llegue pronto a nuestros ruidosos lares.
La primera noche (llegamos un jueves) me fui a dar una vuelta de reconocimiento en plan "me llamaban Trinidad", ya que mi colega Antonio estaba cansado. No se veía apenas ambientillo. Me habían avisado de que Dublín estaba flojete estas Navidades y temí por nuestro pototeo de fin de semana.
El viernes fuimos a ver una antigua cárcel donde fueron ejecutados algunos héroes de la revolución del 16. El sitio era bastante tétrico.Hicimos visita guiada de la que puede enterarme de algo gracias a la traducción simultánea de "Mr Terra"(eso es lo que entendió una empleada de turismo al escuchar el apellido de mi colega Maisterra). Para rebajar un poco la tensión que genera un inmueble penitenciario nuestro siguiente paso fue la visita al museo de la cerveza Guiness. La verdad es que le sacan bastante partido a una simple cerveza. Aparte de una explicación sobre cómo se fabrican, destacan cientos de objetos, anuncios, carteles y mascotas sobre tan popular bebida. Aunque lo más esperado es la degustación de una pinta en la última planta, que cuenta con excelentes vistas sobre la ciudad. Tras estas dos visitas culturales, tocaba un poco de pototeo. A diferencia de lo que sucede en España, aquí la marcha empieza pronto y acaba antes. Cosa muy lógica y deseable, pero "Spain is different", casi siempre para peor. Tras hacer algunas inspecciones o "in&outs" nos aposentamos en un disco-pub de la zona de Temple Bar llamado "Turky's head". Alguna vez he oido eso de "fuera de España no saben bailar".Quien haya dicho eso debería pasarse por cualquier discoteca de Dublín y luego entrar en cualquier bareto de marcha de Huesca. Yo todavía iba con el chip oscense, por lo que no llegué a entrar en la dinámica del bar. Otro punto favorable es la prohibición de fumar en los bares,lo cual tiene dos ventajas: a)Ambiente más limpio y ausencia de olor a humo en la ropa
b) los fumadores tienen que salir afuera, formándose corrillos que facilitan la conversación.
En una de mis salidas escuché a una decir que era ecuatoguineana.Estuve a punto de preguntarle si era fang o bubi (las dos tribus mayoritarias). Una vez lo hice con un albañil cerca de Bonansa y se quedó de piedra.Supongo que en Dublín hubiera sido aún más sorprendente.
Viendo que estábamos muy parados decidimos volver pronto al hotel. Por el camino pude comprobar que si una chica te pregunta "looking for business?", se trata efectivamente de negocios, pero de los carnales. Como nuestro viaje era sólo por ocio, obviamos la propuesta.
El sábado hicimos una excursión organizada a las montañas Wicklow, al sur de Dublín. En materia turística, los Irish venden mucho humo, ya que son más bien colinas. Y otra de las paradas del viaje fue para escuchar el sonido de dos ríos que se juntaban. Aparte de esos bluffs, el paisaje irlandés es muy hermoso. Todo verde, con suaves colinas y grupos de ovejas pastando,muy bucólico. Hicimos una visita a unas ruinas celtas y unos lagos bastante interesantes. Había también una ruta senderística que daba la vuelta a la colina. Debían ser unos 5 km. Yo, por supuesto la hice, pero el tiempo que tenía no era mucho, y tampoco sabía exactamente lo que me iba a costar, así que la hice casi toda corriendo, e incluso cogiendo atajos.Menos mal porque sólo me sobraron 5 minutos, y me hubiera quedado bastante colgado.
La siguiente parada fue el pueblo de Avoca, donde vivió Tomás Moro y vendida como "el lugar donde se rodó la serie Ballykissangel" que os sonará tanto como a mí. Además nos enseñaron unos telares donde se hacen prendas al parecer bastante güenas. Claro, después de enseñarnos el telar, nos llevaron a la tienda de prendas que "casualmente" contaba con un pequeño restaurante y además era la hora de comer. Ante ese intento de borreguizarnos (nunca mejor dicho tratándose de prendas de lana) fui al pueblo e hice un frugal almuerzo de una pinta de leche fresca(deliciosa) y una bolsa de patatas marca "Bisonte". Después de esta visita-trampa, el bus nos condujo a Dublín por autovía como diciendo, ya os he sacado la pasta y ahora a casita por la ruta más fea. Tras un poco de reposo en el hotel, afrontamos nuestra segunda noche de pototeo. Al ser sábado, la cosa estaba un poco más animada. Hicimos una ruta de reconocimiento, pero al final acabamos en el mismo bar del viernes, el Turky's Head. La primera impresión fue de estar inmersos en una autética maromada. Pero aquí las cosas cambian rápidamente y en unos minutos se equilibró el asunto. Un poco metido en ambiente pude probar el genuino "frotamiento" o "baile nasty", que es una especie de regaetton con aire anglosajón. Allá donde fueres haz lo que vieres. También estuve más activo en mis "salidas a fumar" y acabé la noche bailando con una alemana muy simpática casi tan alta como yo. Y son estas cosas las que le alegran a uno la noche. Aunque no hubo pototeo, no me encontré con las cara estaca que abundan por estos lares en sus grupos cerrados. El tópico de lo abiertos que somos los españoles, como tantos otros, se echa por tierra.
El domingo por la mañana, aprovechando que me levanté relativamente pronto (ventajas del horario irlandés de pototeo) quise matar dos pájaros de un tiro: visitar hitos de Dublín y correr. Y eso hice. Con una imagen poco convencional (camiseta fosforito, pantalones cortos, cinta en el pelo y un plano en la mano) pasé junto al Kroke Park (estadio de rugby y deportes gaélicos) y fui hasta el puerto. Enorme la sensación que me invadió al correr junto al mar. LLegué hasta un espigón del puerto y volví para el hotel. Esto que dicho así no parece gran cosa, me llevó unas dos horas y cuarto, aunque hubo alguna parada y ratos de caminar. Las distancias en Dublín son enormes, aunque el centro es bastante compacto.
Por la tarde quedamos con un español que lleva 6 años en Irlanda. Nos llevó a dos pubs muy bonitos y con ausencia de turistas (excepto nosotros). Nos contó muchas cosas interesantes sobre cómo es la vida allí, y la vergüenza ajena que ha sentido por muchos compatriotas que fueron a "hacer las irlandas".Decía que los irlandeses son muy honestos y confiados. Y que muchos españoles que han ido allí se han aprovechado para hacer hurtos, cobrar el paro y trabajar a la vez, etc. Y que por ello ahora ponen seguratas y arcos en las tiendas, y son más estrictos en las ayudas sociales. Esa es otra de las cosas que no me gusta de los españoles. Nos creemos los reyes del mambo, los más guays de los guays y encima pensamos que somos superiores a los que hacen las cosas honradamente.
Cenamos en un restaurante de comida americana donde me soplaron 13 euros por una hamburguesa con patatas. Estaba buena, y era auténtico "Irish beef", pero se pasaron un poco bastante. En general Dublín es una ciudad cara. Pero si sabes buscar hay muchos chollos. Ese mismo día me había zampado un kebab con patatas y bebida por 6 €, que está bastante bien.
El lunes era nuestro último día. Aprovechamos la buena mañana que hacía para pasearnos por el Phoenix Park, del que dicen que es el mayor parque urbano de Europa. Y como todo lo bueno se acaba (y lo malo también) nos dirigimos al aeropuerto para dar por finiquitado nuestro viaje. Al llegar a Barajas vimos unos cuantos periodistas informando de las consecuencias de la huelga de pilotos, y del caos provocado por las nevadas. Sí, definitivamente habíamos vuelto a España. Y por si no me lo acababa de creer, en la estación de autobuses de Zaragoza una españolita no me devolvió el saludo al entrar en el ascensor.¡Viva España y olé!

domingo, 4 de enero de 2009

Cafetería A fabla: aragonés para lo que le interesa

En la línea de probar cocinas exóticas, después del tailandés tocaba un aragonés. Así que, a iniciativa de mi hermano, gran estudioso de la fabla aragonesa fuimos a cenar a este restaurante, que era una incógnita para nosotros.
Tras ubicarnos en nuestra mesa, detectamos el que iba a ser un problema. El espacio de la sala era escaso, y un lado de nuestra mesa estaba peligrosamente cerca del lado de la mesa contigua. Viendo que la cosa se iba a poner fea dejamos esa parte bastante expédita, a costa de aumentar la concentración de comensales en las esquinas.
A pesar de que éramos los únicos clientes, no debieron pasar menos de 20 minutos hasta que una camarera se dignó a cantarnos el menú. Y digo cantar, porque todo lo que pareciese una carta brillaba por su ausencia.Craso error, que obliga a elegir un menú sin apenas reflexión y sin saber el coste del mismo.
Tras hacer la comandita, y tras un prudente tiempo de espera, apareció el plato más solicitado:las patatas "a fabla", especialidad del restaurante, consitente en patatas gratinadas con carne,bechamel y pimientos. Esa fue mi elección, y ciertamente resultó acertada, ya que se trata de un plato muy sabroso y contundente.
Rompimos la norma no escrita de esperar a que todos estén servidos para comer.¿La razón?Las dos ensaladas que solicitaron dos amigas llegaron con un desfase considerable respecto a las patatas. Nuevo error, y escasamente justificable, ya que una ensalada no requiere tiempo de cocción y todavía éramos los únicos clientes en el recinto.
El segundo plato llegó de forma más homogénea para todos, excepto para el mítico Castro, que tuvo que exigir nuevamente su bacalao, del que sospechamos que fue olvidado al tomar nota.
Por cierto, la dorada que me pedí cumplió las expectativas, tanto en tamaño, como en textura y palatabilidad (si haber estudiado alimentos no me sirve para ganar dinero, que lo haga por lo menos para vacilar un poco)
Para entonces la floja entrada que presentaba el restaurante dejó paso hasta un lleno hasta la bandera (tampoco es para tanto, sólo eran tres mesas). El escaso espacio disponible hizo que algunos de la mesa de al lado se acordasen con amargura de los pocos gramos de grasa que hubieran acumulado en estos días tan propicios para ello.
Nueva sorpresa al retirar el segundo plato y pedirnos directamente la lista de cafés. Le preguntamos a un camarero al respecto y nos habló de un melocotón en almíbar y una tarta de queso con tan poca convicción que preferimos prescindir del dulce final habitual en las sobremesas.
Y llegó la hora de pedir la cuenta, el momento clave, que hace decantar la valoración final hacia un lado u otro. Salimos a poco más de 17 euros/persona. Teniendo en cuenta que era sábado noche, dada la calidad de la comida y acostumbrados a los sablazos que acotumbran a pegar por estos lares se me antoja un precio más que razonable. Lo es menos si se tiene en cuenta que no tomamos postre, y que el servicio tuvo las carencias que ya he relatado, paliadas en parte por el detalle de que la casa nos invitó a los cafés.
Enorme la expresión de alivio de tres comensales situados en la zona caliente del comedor,que al irnos nosotros por fin pudieron estirar las piernas y respirar un poco sin sentir la incómoda presencia de las patas y la opresiva sensación del borde de la mesa. Como comentamos durante la cena, si lo que pretende este restaurante es pretender plasmar la esencia de Aragón, tendrían que tener en cuenta la pobre demografía de nuestra comunidad a la hora de distribuir las mesas y sillas.

Peña 10 d'Agosto 56-Cofinser 75

Empezamos el nuevo año, pero la vida sigue igual. Nueva derrota ante el equipo del ex-ACB Toño Marín, en su versión muchos años después: lento y con poco fondo físico, pero no ha perdido toda su calidad, tiene oficio y sobre todo es un auténtico morlaco al que los pesos pluma de nuestro equipo apenas podemos hacer frente. De todas formas, tampoco la clave fue Marín. El resto del equipo, está formado por jovencitos (entre ellos dos de sus hijos) algunos muy rápidos y atléticos.
En el primer cuarto sujetamos como pudimos a Marín, pero flojeamos bastante en el ataque estático, con lo cual empezamos perdiendo. En el segundo cuarto explotamos el contraataque para igualar la contienda. Visto que el base rival no era muy diestro manejando el balón planteamos una defensa individual para la segunda parte. Empezamos bien, robando unos cuantos balones. Pero una de las claves en el baloncesto es alternar la defensas. Porque el equipo rival se acabó adaptando a nuestra individual, dejando que sus jugadores más rápidos se fueran por piernas de sus mucho más lentos defensores. Y si no, balón a Marín, que empuja que te empuja se acercaba a nuestro aro sin poder evitarlo. Si a eso sumamos que nuestro ataque empezó a ser totalmente anárquico se explica nuestra abultada derrota.
Mi actuación estuvo a tono con la del equipo:floja. Estuve negado de cara al aro, con un pobre 3 de 8 en tiros libres, me fui a los 7 puntos, 5 rebotes, un tapón, un balón recuperado y 2 asistencias.