martes, 31 de agosto de 2010

Jornada bohemia en Slough



Ayer, a eso de las 2 de la madrugada, un autobús procedente del aeropuerto me dejaba en Victoria Station. En mi plano de Londres, estaba a menos de un palmo del albergue. Pero un palmo en Londres no es cualquier cosa, y menos de noche. Tras un paseo por calles semidesiertas de casi una hora, llegué a mi destino. La tentación se me apareció varias veces en forma de taxistas solícitos, pero hubiera sido demasiado fácil y caro a la vez. Entrar con los maletones en un cuarto oscuro ocupado por 8 personas más nunca es fácil. Y si encima te toca la litera del tercer piso, y tu cama carece de almohada, la noche no se presenta muy halagüeña. Tampoco ayudó que las camas estuvieran en unos habitáculos en los que apenas cabía. A la mañana siguiente, me pude encontrar en el hostel con un amigo que me esperaba y nos fuimos a Slough. El amigo en cuestión, ha conseguido trabajo de profesor por esa zona al oeste de Londres. Aprovechando la ocasión he venido para cambiar un poco de aires, muy enrarecidos últimamente en España. Tras coger un metro que llegó al sexto anillo (fin de linea), aún había que coger un autobús regional.
Slough es una localidad de unos 10.000 habitantes. Como buena ciudad anglosajona, cuenta con un centro comercial bastante animado, siendo el resto residencial, con las clásicas viviendas de dos plantas. Hemos estado buscando piso con distinta fortuna. En uno de ellos, el baño contaba con una dudosa higiene. El dueño, ligeramente azorado, nos dijo que lo iba a limpiar. Mala señal que un "landlord" tengo que hacer algo que debería estar en manos de los inquilinos y ellos no hacen. En otra casa, bastante cuidada, por cierto, vive una familia hindú, con dos hijos incluídos. Agradable estampa en la que no pegamos mucho nosotros.
Tras kilómetros y kilómetros de pateadas, maletones incluidos, hemos dejado reposar nuestros cuerpos en un "bed&breakfast" al que calculo su momento de gloria a principios de los 80. Si algo ha predominado el día de hoy, ha sido el espíritu bohemio. Mi amigo ha llevado ese espíritu al límite. Empieza a trabajar el miércoles y aún no tiene casa. Y tiene las maletas en la consigna de un supermercado, que había cerrado antes de que fuéramos a recogerlas. Para estar seguros y que no nos pasara nada, nos habríamos quedado en casa.

jueves, 26 de agosto de 2010

El mito del orgasmo simultáneo

Es el deseo de muchos amantes conseguir alcanzar el orgasmo de forma simultánea. Se han escrito libros e incluso hay técnicas para conseguirlo. Hace poco, tuve la sensación de haberlo logrado. Aunque en este caso, no se trataba de una relación de amor.
Quien sepa leer entre lineas y siga mi blog, podrá haberse dado cuenta de que mi trabajo actual contribuía de manera muy poco eficaz en procurarme la felicidad. Desafortunadamente, España no es un país que pueda presumir del pleno empleo. Así que eso de no estar a gusto en un sitio y marcharse a otro, lo dejamos para países más avanzados en materia laboral. Por otra parte está la presión popular y mediática que vende el mensaje de aguantar como sea en espera de tiempos mejores. Como quiera que yo no veo "brotes verdes" por ninguna parte y ya había aguantado más de lo deseable, decidí afrontar mi desvinculación de la empresa de la manera más correcta posible. Así, le comuniqué a un responsable de mi empresa que quería hablar con él sobre el trabajo, para lo que me citó esa misma semana. Yo ya me hacía las cuentas sobre cuántos días de preaviso tendría que dar, las razones de mi marcha,cómo se lo iban a tomar,etc. Todo ese andamiaje mental (nada agradable de llevar, por cierto) se derrumbó a los pocos segundos de comenzar la reunión. La empresa había decidido prescindir de mis servicios debido a la superposición de tareas con otra persona que se había reincorporado. Así, cual dos amantes que consiguen ver colmadas sus urgencias físicas para unos, o la comunión de sus cuerpos, para otros, al mismo tiempo, mis deseos y los de la empresa coincidieron para bien de ambos. La empresa se deshacía de mí sin ninguna resistencia y yo me veía libre de la tela de araña en la que se había convertido mi trabajo. Comienza una nueva era...

lunes, 23 de agosto de 2010

5ª Subida a la Fuente "El Paco"


La temporada atlética de otoño se va acercando. Así que es bueno ir haciendo pruebas para afinar la forma. Este sábado se celebraba en Villanúa la Subida a la Fuente "El Paco". Se trata de una carrera de montaña de unos 14 km que transcurre parte por asfalto, y parte por intrincados caminos.
El día se presentaba soleado y caluroso. Pero se pudo soportar gracias a que la carrera empezaba temprano y abundaban las sombras en el recorrido.
Este verano no he podido entrenar todo lo que quisiera. En realidad, no he podido hacer casi nada de lo que he querido. Si alguien entiende que en un país haya millones de parados y otros millones que trabajan por dos, que me lo explique. Como tampoco conocía el recorrido empecé tranquilo. A la salida del pueblo, la carretera se empinó considerablemente. A muchos, ese aperitivo se les indigestó un poco. No a mí, que ya soy "perro viejo" y dejo mis cartuchos para el final. A partir del segundo o tercer kilómetro se entraba en una senda estrecha en la que no había espacio para correr. En estas condiciones, se pueden ir al traste todas las previsiones de ritmo por kilómetro. Como en este caso el tiempo me daba igual, seguí "china-chano" como si estuviera de excursión hasta que la senda se abrió un poco y se pudo empezar a correr. El recorrido es ciertamente muy bonito,entre bosques y a ratos con unas vistas impresionantes. Una vez que llegamos al punto más alto, vino la parte que menos me gusta de estas carreras: la bajada por senda. Hay que estar muy atento, ya que el riesgo de lesiones es alto. Y siempre hay detrás algún "cagaprisas" esperando a adelantarte a la mínima ocasión. En este caso no hubo problema. Los 3 o 4 que me adelantaron avisaron y no hicieron el "kamikace". A los 2 kilómetros, la senda se convirtió en un camino en condiciones donde pude desplegar sin cortapisas mi poderosa zancada. El terreno fue todavía más favorable cuando el camino pasó a ser de asfalto. No sé si estarían bien medidos los kilómetros, pero uno lo hice en 3 minutos escasos. Pensaba que la carrera acababa en bajada, pero no era así. Los dos últimos kilómetros llaneaban por Villanúa. Como lo había dado todo en la bajada, se me hicieron un poco agónicos. El cálido recibimiento en la meta, con migas y cerveza incluidas, hicieron que olvidase inmediatamente las penurias finales. Para futuras participaciones, me queda como referencia mi tiempo de 1 h 12'.
El balance que hago de esta prueba no puede ser más positivo. A diferencia de otras carreras de montaña en las que hay que parecerse más a un rebeco que a un humano para hacerla, es bastante asequible, aunque no exenta de dureza. El buen ambiente, la cuidada organización, los obsequios (migas, cerveza, camiseta técnica...), el privilegiado paisaje y el hecho de que la inscripción sea gratuita hacen que esta prueba sea absolutamente recomendable.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Europeos de Atletismo Barcelona 2010



El atletismo siempre ha sido uno de mis deportes favoritos. Mis primeros recuerdos datan del Europeo de Atenas '82. Desde entonces, este bendito deporte me ha permitido vivir momentos inolvidables. Pero siempre a través de la pequeña pantalla. Cuando me enteré de que los Europeos del 2010 se iban a celebrar en Barcelona, me quedó claro que iba a hacer todo lo posible por acudir. Afortunadamente, mi trabajo ha aflojado ligeramente y pude librar el sábado por la tarde y el domingo. Todo un "logro" que me permitió viajar a la Ciudad Condal acompañado de un amigo más interesado en ir a la playa que en ver con sus propios ojos uno de los mayores espectáculos que nos puede proporcionar la raza humana.
Nada más entrar al estadio, las heptaletas estaban lanzando jabalina. Las combinadas son un poco el "patito feo" de las competiciones atléticas. Pero fue mi primer contacto con el atletismo en vivo y lo seguí con interés. Me sentía como un niño que va por primera vez al circo. En la pista pasaban muchas cosas y cada una conseguía cautivarme y captar la atención. También me impresionó la primera ceremonia de entrega de medallas. Cuando escuché el himno alemán en honor de la lanzadora de martillo Betti Heidler, con todo el estadio ponbiéndose en pie, me sentía como si hubiera ganado yo. Lástima que, en mi afán de estar lo más cerca posible de los atletas, adquirí una localidad con una perspectiva muy poco panorámica. Por ello, me costó bastante seguir pruebas como el peso o la pértiga masculinos. En compensación, fue testigo privilegiado del triple salto femenino. Como curiosidad, en esta prueba compitieron la portuguesa Mamona y la helena Perra.
El plato fuerte de la jornada fueron los 5000 m masculinos, donde Jesús España consiguió una meritoria plata frente al intratable Mo Farrah.
El domingo por la mañana reservaba un acontecimiento muy emotivo. Nada menos que la maratón masculina. El paseo de Colón y aledaños estaba repleto de público para animar a los sufridos atletas, que no sólo se enfrentaban a la mítica distancia, sino también a la humedad y al calor. El ya casi legendario Chema Martínez se hizo con la medalla de plata. Nada más atravesar la meta, junto al parque de la Ciudadela, Chema demostró que si su categoría atlética es grande, la humana no le va a la zaga. Recorrió la recta de meta en sentido contrario para agradecer al público su apoyo, consiguiendo emocionarnos a todos.
La tarde se presentaba apasionante. Y la verdad es que, en absoluto defraudó. Esta vez había buscado ubicarme en la curva donde se desarrollaba el salto de altura femenino. En un concurso muy emocionante y de un nivel excelente, la croata Blanca Vlasic consiguió llevarse el gato al agua. Impresionante el comportamiento del público, animando en todo momento a las saltadoras, aunque estuvieran compitiendo contra la española Ruth Beitia. Una pena lo de la cántabra, a la que se le niegan al aire libre los éxitos que consigue en pista cubierta.
Mientras, se iban sucediendo concursos y carreras. Yo intentaba estar al tanto de todo, incluso ayudándome de unos prismáticos. Pero como se suele decir por Aragón, "no adubía". El foso de longitud me pillaba en la otra punta. Y cuando me quería dar cuenta, Alekna o Pestano ya habían lanzado el disco. Me pude centrar, eso sí, en los 1500 m femeninos. Se me ponía la piel de gallina cuando las atletas pasaban por mi zona y el público se ponía en pie y se volvía loco animándolas. El estadio casi se cae abajo cuando Nuria Fernández se impuso con un poderoso sprint final, secundada por la tarraconense Natalia Rodríguez en tercera posición. Las carreras de relevos 4x400 con dominio ruso cerraron el programa. Por mí podrían haber seguido otras 3 horas. Por algo se suele decir que el atletismo es el auténtico rey de los deportes. Un partido de fútbol de 4 horas sería algo difícil de digerir. En cambio, una sesión atlética de tanto o más tiempo, se pasa sin darse cuenta.
La ceremonia de clausura fue bastante sencilla, dando el protagonismo a los voluntarios y a los atletas. Me parece mucho más acertado que los espectáculos grandilocuentes que suelen adornar las inaguraciones. Como postre, unos fuegos artificiales iluminaron la noche barcelonesa.
Mi primera experiencia como espectador de una prueba atlética de categoría no ha podido ser más positiva. Aparte del innegable y grandioso espectáculo que los atletas nos otorgan en el foso, es impresionante el ambiente de las gradas. Un público entusiasta pero muy respetuoso que anima a todos los atletas, independientemente de su nacionalidad. Destacar la gran cantidad de aficionados extranjeros que poblaban las gradas. Si a eso les sumamos los españoles que venían de fuera de Barcelona y que el estadio no estaba lleno, me da la impresión de que los barceloneses no son muy aficionados al atletismo. Pero se les perdona si saben organizar tan bien actos como éste, o los mismos Juegos Olímpicos.
Como dijeron en la clausura a modo de despedida:Nos vemos en Helsinki 2012. ¿Alguien se anima?